El Reno Renardo - Creci En Los Ochenta

Hola amiguetes, yo crecí en los ochenta, y si tu eres de los que rebobinaban las cintas de casete con un boli bic, este vídeo penetrará en tu memoria recorriendo lugares que ni tú te imaginas. Si por el contrario no has entendido la frase anterior, es que naciste después de esa gloriosa década.

Más sorpresas para las magdalenas

Hola de nuevo, si os gustaron las magdalenas con sorpresa de chocolate, os tengo que decir que no solo se pueden rellenar con chocolate, también podéis poner trozos de manzana o de nuez o incluso si hacéis cubitos pequeños de mouse de café y los metéis dentro de la magdalena el resultado es genial. Así que ya veis que se pueden hacer de muchos sabores diferentes, y ahí esta la gracia de las magdalenas con sorpresa, que si en la misma hornada haces variadas, por fuera son iguales pero por dentro... ¡Sorpresa!
Venga animaros a hacerlas y dejarme un comentario con el resultado, seguro que será sorprendente.

Las magdalenas de Pepe

Hola amigos, hoy voy a comenzar mi sección de bricolaje con la receta de mis famosas magdalenas. 

Magdalenas con sorpresa

  

Ingredientes para unas 30 magdalenas:

• 4 Yogures de Limón
• 6 Huevos
• 1/2 Kg de Harina
• 2 Sobres de Levadura (Royal)
• Ralladura de limón
• 1,5 Vasos de Aceite de Oliva
• 3 Vasos de Azúcar
• Piñones, Almendras troceadas
• y el ingrediente sorpresa...

Lo primero que tenemos que hacer es poner el horno en marcha para que valla cogiendo temperatura  (180º).
En un recipiente grande se añaden los yogures, los huevos, la harina, la levadura y la ralladura de limón y se bate todo con una batidora.

 

Cuando este todo bien mezclado cogemos uno de los vasos de yogur vacíos y lo usaremos para medir.

Añadimos un vaso y medio de aceite de oliva y los tres vasos de azúcar. Y seguimos con la batidora, dale que dale, cuanto más batimos mejor.






Hasta aquí tenemos una masa, que si se pone en un molde grande, se convierte en un bizcocho, pero yo prefiero usar moldes pequeños de papel y hacer las magdalenas. :-)

Para llenar los moldes puedes usar una manga pastelera, pero si no tienes puedes improvisar con un cucharon.

Y es en este momento cuando pongo el "ingrediente sorpresa", primero lleno la mitad del molde, luego añado un trozo de chocolate para fundir y por ultimo termino de llenar el molde. Los moldes no se han de llenar enteros, hay que dejar un poco para que suba bien.
Por ultimo antes de meter las magdalenas en el horno podemos poner piñones o almendras troceadas o incluso confitura de naranja.

Mi ayudante atacando a los piñones

Ahora comprobamos que está el horno caliente y metemos las bandejas 20 minutos a 180º.

 

 Pasado el tiempo hacemos la prueba del palillo (pinchamos una magdalena con un palillo y si sale con restos de bizcocho es que le falta un poco más de tiempo).

El resultado debe ser este...

¡Que aproveche!

Sábado 2 de Abril de 2011 – Subida al Pedraforca

1:00 – Daniel el Trapella envía un mensaje a Emilio para decirle que está de cumpleaños y que no puede venir. Esta es la primera y única baja que tenemos.

5:35 – Pepe y Emilio se encuentran delante del Macdonas de Santvi para ir juntos hasta Cerdanyola, donde se suben en la furgo de Javi.

6:00 – Salimos de Cerdanyola en el horario previsto. Al pasar por Berga paramos a desayunar en una cafetería (a la que no volveremos).

7:30 – Estamos en el aparcamiento del refugio de Lluis Estasen, al pie del Pedraforca, comienza la aventura.

        Nos comemos un pequeño bocata, ponemos en marcha los GPS's y comenzamos a subir. Javier el maratoniano, nos lleva a un ritmo frenético por un camino lleno de altos escalones y raíces que no paran de cruzarse a nuestro paso, intentado lastimar nuestros todavía fríos tobillos.

7:45 – Llegamos al refugio y continuamos subiendo en dirección al Coll del Verdet. Nada más coger el camino empezamos a pisar nieve, la maldita nieve, parece que es poco, pero enseguida vemos que cada vez hay más. Cruzamos un pequeño arroyo formado por el deshielo de cotas más altas y es a partir de ahí que comienza a no gustarle el camino al amigo Emilio. Y es que, cuando cada paso que das, te hundes hasta las rodillas en la nieve y solo ves eso, la maldita nieve a tu alrededor, piensas – ¿y si en una de estas meto el pie en un hoyo y me quedo hundido hasta las cejas? - Por suerte eso no pasa. Mientras, nuestro maratoniano amigo Javier tira que tirará monte arriba, la nieve no nos deja ver las marcas del camino, vemos como un grupo de excursionistas abandona por miedo a perderse en la nieve, nosotros nos lo planteamos, pero Javier que se conoce bien la montaña se aventura a seguir subiendo por la ladera, cada paso que damos es una constante lucha con la nieve, la maldita nieve, que ya nos llega hasta la cintura. Nuestro guía duda, no sabe si ir por la derecha o seguir subiendo, de repente a lo lejos se oye el balido de una cabra montesa, ante nuestros ojos podemos ver 4 isards buscando algo de hierba que echarse a la boca. Nosotros seguimos subiendo por la cada vez más inclinada pendiente. Descubrimos nuevas marcas del G.R. -¡BIEN!- seguimos subiendo hasta llegar a un claro bajo una gran roca, donde tomamos un poco el sol y algo de comer. 

9:30 – Tras el pequeño descanso continuamos subiendo por la nieve, solo se ven pisadas del yeti ¿O será que los que avanzan van con grampones? La cuestión es que nosotros no nos amedrantamos y continuamos subiendo con un par de “susto o muerte”. Emilio lo pasa mal, esta casi colgado de un precipicio agarrado a un triste penacho gritando – ¡Pepe ayudame! - Yo que desde mi posición no veo que sea para tanto, pienso “valla nenaza” y voy a socorrerle. Le extiendo un palo donde se aferra como si su vida dependiera de ello. - Gracias Pepe – me dice- Me has salvado la vida. Yo me río y continuamos subiendo hasta donde nos espera el Patas Largas de Javier que no se ha enterado de nada. Paramos a descansar comemos y bebemos algo.

11:15 – Estamos en el Coll del Verdet (cota 2.300 m.) 

 

      En este punto vemos como otros excursionistas comienzan a calzarse grampones y piolets para continuar subiendo, nosotros somos unos inconscientes, no estamos preparados para poder seguir. Javier quiere continuar, pero las recomendaciones de otros montañeros y nuestras caras de "nos vamos a matar", le hacen recapacitar. Un cuervo negro sobrevuela nuestras cabezas deseando que sigamos, no es posible continuar y decidimos volver por donde hemos venido – Una retirada a tiempo es una victoria – dice Javier. La bajada, pese a ser más complicada se hace muy rápida.

12:30 – Volvemos a parar bajo la gran roca. Empapados, hartos de tanta nieve, nos comemos otro bocata.

         Nos cruzamos con más excursionistas, nos preguntan cómo esta el camino, -que si esta “xelat” -¡¿Cómo?!- que si esta “xelat” -¡¿Cómo?!- que si hi ha glaç, si esta “xelat”? - Ah! No per sort fins al Coll del Verdet nomes hi ha molta neu. Cuando volvemos a cruzar el pequeño arroyo del deshielo ya no es tan pequeño, el día tan bueno que hace, esta haciendo que se funda mucha nieve.

13:30 – Llegamos de nuevo a refugio, ahora esta lleno de gente que ha ido a pasar el día.

13:45 – Estamos en la furgo, nos cambiamos de ropa – ¡Que buen consejo Javi! - nos ponemos ropa seca y estamos como nuevos, bueno casi.

14:00 – En Saldes tomamos algo fresquito y nos vamos a casa, pasando por Sabadell para recoger a la mujer y el hijo de Javier.

17:00 – De vuelta en Cerdanyola, cogemos el coche de Emilio y tras dar una vuelta por el pueblo, encontramos la autopista que nos conduce a casa.

- Pa' habernos matao!-

 Esta ha sido la primera salida de "Los de Atrás" en la que me han acompañado Javier y Emilio.

Pedraforca

   Ahora sí que sí, la semana que viene todo apunta a que podremos hacer la subida al Pedraforca. El sábado pasado, las previsiones metereologicas nos tiraron para atras nuestra primera excursión, pero esta vez lo conseguiremos. Motivación y ganas no nos faltan, solo falta saber si no nos fallaran las fuerzas.

   Y si este sábado no pudimos ir al Pedraforca, si que logré otro hito importante, le quitamos el chupete a mi hija Ona, de momento ella lo está pasando mejor que su mamá y yo, espero que tampoco nos fallen las fuerzas y acabe venciéndonos la montaña.

Odio

Odio no tener nada que decir

Odio la mala hierba que crece en mi jardín

Odio a los que hablan sin parar,

                          sin tener nada que decir

Odio a los que odian mi forma de pensar

Odio no pensar como los demás

Odio no ser como tú

        Aunque créeme, tú odiarías ser como yo

Odio la mala hierba que crece en mi jardín

Odio al odio que más odio

               Odio no tener jardín.